Estaciones de trenes en Argentina

                      

                                 El ultimo oficinista ferroviario - Editoriales de archivo - hora13.com

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Fueron 28 años 

de trabajo ..

Dedicado a mis compañeros oficinistas ferroviarios 

 

 

Muchas veces comenté que mi vida ferroviaria se desarrolló entre las paredes de las diversas oficinas en las que trabajé, excepto los dos años en que salí a la línea como ayudante de los "bichos verdes" ( para los que no son del gremio: se les decía así a los Interventores de Contaduría o auditores contables, que tildaban la documentación que controlaban en las estaciones con un lápiz o un bolígrafo verdes). 

Mi primer trabajo como ferroviario en la oficina Balances de estaciones y cargas del FC Mitre en Retiro, fué la de separar por orden de código los formularios de Remesas a Tesorería (CE402) que se recibían de Tesorería y, una vez ordenadas, se enviaban al Centro de Cómputos (que en esa época -1965- se ubicaba en el primer o segundo piso del edificio de la estación Retiro del FC Belgrano). 

De los veinte días hábiles del mes, el trabajo realmente fuerte comenzaba a mediados de la segunda semana de cada mes, cuando terminábamos de recibir la documentación contable que las estaciones de la línea (aproximadamente 400 en aquél entonces) remitían a Contaduría para su balanceo y efectuar los ajustes contables que fuesen necesarios. 

Toda esta papelería (comprobantes por diferencias en el tráfico de pasajeros, cargas y encomiendas, planillas CE207 -cargas recibidas- y CE210 -cargas despachadas, control de importes pendientes de pago de pasajeros, cargas y encomiendas cuyo prefijo no recuerdo, etc, etc, todo debidamente asentado en el Balance de Tráfico CE404 que acompañaba a toda la documentación. 

Una vez que toda la documentación estaba conformada en el formulario citado en último término, se procedía a balancear cada estación, que estaban separadas en nueve grupos o "libros" como las llamábamos. 

Cuando éste trabajo estaba terminado demoraba una semana, aproximadamente, los totales de cada balance se volcaban a una planilla grande, que tenía aproximadamente unas quince columnas en el Debe (por los ingresos) y unas diez en el Haber, donde se consignaban las salidas y cada planilla tenía la cantidad de estaciones que correspondía a cada grupo o libro. 

El que más estaciones tenía era el Libro Nro. 5, que comprendía las pertenecientes a la zona de la pcia. de Córdoba que sumaban algo así como 54 estaciones. 

Una vez que estaban volcados todos los datos de todos los balances de cada grupo, se procedía a sumar columna por columna y, si había diferencias entre el Debe y el Haber, había que buscarla... lo que a veces te llevaba todo un día de laburo .

Para esta tarea, utilizábamos una máquina de sumar manual, la Comptómeter, que tenía diez filas de números del 9 al 0 de arriba a abajo y por nueve columnas, por lo que su capacidad era de operación era hasta 9.999.999.99 Una vez que todo esto estaba terminado, se archivaba todo y se esperaba que comenzara a llegar la documentación del mes siguiente. 

Este era, a grandes rasgos, el trabajo que llevábamos a cabo mis compañeros y compañeras mes a mes. 

Sé que me quedaron dentro del tintero y fuera de la memoria muchos detalles, pero así comencé mi carrera de veintiocho años como ferroviario, como último empleado de la oficina en la que, cuando me tuve que retirar en el '93 era jefe. 

Quienes fueron jefes o auxiliares de estación y lean estas palabras, recordarán las fórmulas que recordé nombrar. 

Un afectuoso saludo a todos ellos. 

 

Autor : Jorge Fernández Sánchez

 

(editoriales de hora13.com / año 2016 - 2017)

 

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